Hipérico: propiedades, beneficios y precauciones
Por Ana María Rodríguez
¿Qué es el hipérico?
El hipérico (Hypericum perforatum), también llamado hierba de San Juan, es una planta perenne de flores amarillas que crece de forma silvestre en prados y caminos soleados de Europa, Asia y América. Su uso en la medicina natural se remonta a miles de años: en la antigua Grecia ya era empleada por Hipócrates y Galeno para tratar trastornos nerviosos y mejorar el ánimo.
En la Edad Media, se utilizaba no solo como planta medicinal sino también como planta “mágica”, colgándose en las puertas durante la festividad de San Juan para ahuyentar los malos espíritus. De ahí proviene su nombre más popular.
Hoy en día, el hipérico sigue siendo una de las plantas más investigadas en el ámbito de la fitoterapia, especialmente por sus efectos sobre el estado de ánimo y la ansiedad leve. Puede encontrarse en diferentes formatos:
- Infusión de hipérico: elaborada con sus flores secas.
- Extractos estandarizados en cápsulas: la forma más estudiada y empleada en ensayos clínicos.
- Aceite de hipérico: obtenido por maceración de las flores en aceite vegetal, muy utilizado para uso tópico.
Propiedades del hipérico
Propiedades antidepresivas.
Tradicionalmente, el hipérico se ha empleado para tratar síntomas de depresión leve y trastornos de ansiedad. Los compuestos activos más relevantes son la hipericina y la hiperforina, que influyen en la recaptación de neurotransmisores como serotonina, dopamina y noradrenalina.
Diversos estudios han mostrado que puede tener una eficacia comparable a ciertos antidepresivos de síntesis en casos de depresión leve, aunque con un mejor perfil de tolerancia. Sin embargo, no debe sustituir a ningún tratamiento médico sin supervisión profesional.
Propiedades antiinflamatorias.
Tradicionalmente, el aceite de hipérico se ha usado como remedio tópico para aliviar pequeñas heridas, golpes, hematomas, quemaduras leves y eccemas. Sus flavonoides y taninos favorecen la cicatrización y reducen la inflamación local. Por ello, es un recurso habitual en botiquines naturales y en cosmética calmante.
Propiedades antioxidantes.
El hipérico contiene polifenoles y flavonoides con acción antioxidante, que ayudan a neutralizar los radicales libres responsables del envejecimiento celular y del daño oxidativo. Aunque sus efectos en este ámbito no son tan conocidos como los emocionales, lo convierten en un aliado adicional para la salud general.
¿Para qué sirve el hipérico?
- Uso para la ansiedad. Muchas personas utilizan el hipérico como complemento natural para reducir la sensación de nerviosismo y favorecer la calma en situaciones de ansiedad leve. Se valora porque ofrece un enfoque más suave que algunos tratamientos farmacológicos, aunque su uso debe estar supervisado por un profesional de la salud.
- Mejora del bienestar emocional. El hipérico se considera un aliado natural en etapas de bajo estado de ánimo o estrés. Sus principios activos se asocian con un aumento en la disponibilidad de serotonina, neurotransmisor conocido como la “hormona de la felicidad”. Por eso, puede ayudar a quienes buscan mantener la estabilidad emocional de forma más natural.
- Uso para heridas y quemaduras. El aceite de hipérico, obtenido de la maceración de sus flores en aceite vegetal, se aplica en la piel para aliviar quemaduras solares, rojeces o pequeñas heridas. Su acción calmante y regeneradora lo convierte en un remedio tradicional muy utilizado en botiquines naturales.
Efectos secundarios del hipérico
Aunque el hipérico tiene un gran potencial, también es importante conocer sus limitaciones y precauciones:
- Interacciones con medicamentos. Es uno de los aspectos más relevantes: el hipérico puede interferir con la eficacia de varios medicamentos. Entre ellos, anticonceptivos orales, anticoagulantes, antidepresivos, inmunosupresores y tratamientos para el VIH. Estas interacciones se producen porque la planta acelera la metabolización de ciertos fármacos, reduciendo su efecto en el organismo.
- Fotosensibilidad. El consumo de hipérico puede aumentar la sensibilidad de la piel a la radiación solar, provocando quemaduras más fácilmente. Por ello, se recomienda evitar la exposición prolongada al sol si se está tomando esta planta o aplicando su aceite en la piel.
- Efectos gastrointestinales. En algunas personas puede producir efectos leves como molestias digestivas, sequedad de boca, mareos o dolor de cabeza. Estos suelen remitir al suspender el consumo.
Beneficios del hipérico
- Ayuda en la mejora del estado de ánimo. Gracias a su acción sobre los neurotransmisores, el hipérico puede ser un aliado en la ayuda de la gestión de estados de ánimo bajos, aportando una mayor sensación de equilibrio emocional.
- Colabora en la reducción de la ansiedad y el estrés. Su efecto calmante lo hace especialmente interesante en etapas de tensión emocional o sobrecarga mental. A diferencia de algunos medicamentos, se asocia a un menor riesgo de somnolencia o dependencia, siempre y cuando se use bajo supervisión profesional.
Conclusión
El hipérico es una planta con una larga trayectoria en la medicina natural, reconocida por su papel en el apoyo del bienestar emocional y en el cuidado de la piel. Sin embargo, debido a sus interacciones con numerosos medicamentos y a la posibilidad de efectos secundarios, su uso debe estar siempre supervisado por un profesional de la salud.
Consumido de forma adecuada, el hipérico puede ser un recurso natural interesante para quienes buscan mejorar su equilibrio emocional y cuidar la piel de manera tradicional.
Referencias y estudios reciente
- European Medicines Agency. (2022, November 23). European Union herbal monograph on Hypericum perforatum L., herba (revision 1). EMA/HMPC/7695/2021Ver estudio
- National Center for Complementary and Integrative Health. (2025, May). St. John’s wort: Usefulness and safety. U.S. National Institutes of Health Ver estudio
- Zhao, X., Zhang, H., Wu, Y., & Yu, C. (2023). The efficacy and safety of St. John’s wort extract in depression therapy compared to SSRIs in adults: A meta-analysis of randomized clinical trials. Advances in Clinical and Experimental Medicine, 32(2), 151–161. Ver estudio